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Foto del escritorMarta Marín

Cautidava por tí de Sylvia Day


«Gideon dice que soy su ángel, pero él es el milagro de mi vida. Mi guerrero espléndido pero herido, decidido a espantar mis demonios mientras se niega a enfrentarse a los suyos.

Los votos que hemos hecho deberían habernos unido todavía con más fuerza, pero en lugar de eso han abierto antiguas heridas, han expuesto dolores e inseguridades, y han atraído a amargos enemigos que se ocultaban en las sombras. Siento que se me escapa, que se aleja de mí. Mis mayores miedos se hacen realidad, mi amor es sometido a pruebas que no estoy segura de poder soportar, no sé si soy lo bastante fuerte. En el momento más brillante de nuestras vidas, la oscuridad de su pasado invade y amenaza todo aquello por lo que hemos trabajado tanto. No enfrentamos a una elección terrible: la cómoda seguridad de las vidas que teníamos antes de conocernos o la lucha por un futuro que de repente parece un sueño imposible y sin esperanza.»

Eva y Gideon se han casado por fin, pero lejos de aportarles placidez y seguridad, el matrimonio abre en Gideon viejas heridas y los fantasmas de su pasado amenazan la felicidad de ambos.

«Me muero yo quiero que llegue yaaaa!! no en noviembre jajajaja... no queda otra que esperar!! muy buenas las noticias besos!! :)» 

«Dios mio moriré, estoy impaciente no puedo esperar más, pero bueno a esperar se ha dicho :)»


 

Vuelvo con una novela de Sylvia Day, cuarto libro de la saga Crossfire; repito: cuarto libro. Independientemente de que esta serie sea más de lo mismo de lo que está de moda ahora, la empecé porque realmente me gusta este estilo, romántico con un toque erótico, me gusta que la historia esté ambientada en Nueva York, me gusta Sylvia Day, me gusta cómo escribe y sus ideas. Sin embargo, cuando en el cuarto libro sigue sin cambiar prácticamente nada desde el primero, supongo que es inevitable que la decepción se te revuelva en el estómago.


Gideon Cross, que bien podría llamarse Christian Grey, y Eva Tramell, de nuevo una Mary Sue tan perfecta que ni siquiera llega a hacerse odiar, continúan en su espiral de discusiones y reconciliaciones un libro más además de seguir repitiendo constantemente lo muy extraordinarios que son el uno a los ojos del otro incluso para otros personajes. Gideon intenta protegerla cada vez que se entera de que alguien va a por Eva para hacerle daño a él a través de ella, ya que es su único punto débil, y nuestra protagonista se enfada porque no se le consultan las cosas mientras Gideon siempre trata de cargar con todos los problemas solo. ¿A qué nos lleva esto? Irremediablemente, al psicólogo, porque Eva soluciona absolutamente todo yendo al psicólogo. No importa lo que te ocurra, antes de que termines de contárselo su consejo siempre será que vayas a ver al psicólogo; aunque quizá tenga razón, porque da la casualidad de que ella misma y todos los que la rodean están bastante jodidos…


El punto a favor es que se trata de un libro bien escrito y cómodo de leer además con unas escenas de sexo bastante buenas. Lo que no me ha gustado es que, personalmente, no me gusta leerme una saga completa todos los libros seguidos, por lo que hay cosas de las anteriores novelas que no termino de recordar bien sin que la autora refresque la memoria del lector, y eso que en el tercer libro fue en el único en que ocurrió algo fuera de lo común. Al principio me hacía gracia lo bien que refleja Sylvia la vida cotidiana de nuestros protagonistas (los días de la semana que van psicólogo juntos, los días que van por separado, las clases de defensa personal de Eva o los entrenamientos de Gideon, los viernes que salen con sus amigos…) pero al cuarto libro ya empieza a resultar tedioso. Por tanto, dado que este último se puede considerar poco más que una mera transición sin principio ni final (cómo odio estar leyendo y que de repente ponga la palabra “fin” sin haber terminado nada), algo así como el cuarto curso de la carrera, supongo que habrá un siguiente y espero que último libro. En cualquier caso habrá que aceptar que, una vez conseguido que el nombre de la escritora aparezca en letras más grandes incluso que el título en la portada, ya nada más importa… Sí, sé que acabas de comprobarlo, y así es ;)

Ya fuera de buenas o malas críticas, en cada libro se encuentra algo con lo que puedes sentirte identificada. En este caso, supongo que es el hecho de, aunque esté ya bastante trillada esta frase, lo fácil que es confundir el buen sexo con el amor y, si finalmente es amor, aceptar a la otra persona con sus virtudes y sus defectos y, más difícil todavía, encontrar ese equilibrio entre ceder los dos un poco y no tener que aguantar en exceso ese aspecto que no te gusta. Y, sí, amigos, Eva tiene razón, a esto se llega mediante el diálogo, siendo un equipo, nunca si por cualquier razón uno de los dos se cree autosuficiente y tan independiente como para ni siquiera comentar las cosas con su novia. En mi opinión, no dejar que te echen una mano es tan malo o peor que pedir ayuda siempre.


En resumen, no es que no me haya gustado el libro ni que me arrepienta de haberlo leído, simplemente yo no escribiría sin tener nada en concreto que decir, aunque solo se tratara de un libro más. Pero la historia de Gideon y Eva es bonita y no está de más descubrirla si te gusta este género para evadirte de la realidad y reflexionar sobre la vida en pareja o simplemente por lo picante de las escenas subidas de tono. De cualquier forma, lee lo que te apetezca, lo que te guste, pero siempre lee.

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