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Foto del escritorMarta Marín

El vuelo de Lena de Sara Ballarín


Lena tiene veintiséis años y vive junto a su padre, un afamado novelista que pasa la mayor parte del tiempo fuera, y su abuela en una lujosa casa de Madrid. Su vida vacía y gris se divide entre el trabajo en una tienda de discos, salir con sus amigos y acostarse de manera intermitente con Daniel. Pero todo cambia el día en que su padre le hace un regalo que pondrá del revés todo su mundo y que le dará unas alas que nunca se atrevió a tener: un libro con las memorias de su abuela, que esta grabó en los que fueron, sin saberlo, los últimos días de su vida.


Sara Ballarín regresa al panorama editorial con una novela llena de sonrisas y lágrimas, de verdades que duelen, de realidades que sorprenden y de cadenas que nos atan. El vuelo de Lena muestra que no podemos vivir anclados en la tristeza y pone voz al legado entre mujeres, palabras que generación tras generación nos liberan y nos recuerdan que lo más importante es alzar el vuelo



 


A veces tú elijes los libros y otras veces los libros te elijen a ti. Éste en concreto llegó a mí por casualidad en el momento idóneo.


La protagonista de esta novela, Lena (que es rubia aunque yo no haya podido evitar imaginármela morena), a causa de ciertas malas experiencias de la vida ha perdido la ilusión por las cosas, el valor de enamorarse y las ganas de seguir haciendo lo que más le gusta: escribir. Será entonces cuando su padre le regale un libro con las memorias de su difunta abuela tratando de que eso la anime por fin a volverse a abrir a la vida, a abrir sus alas y volar.


La escritura de Sara Ballarín es correcta y con una cadencia ágil. A lo largo de las páginas, la historia de amor de Lena y su lucha por dejar atrás los fantasmas de su pasado se entrelazan con la biografía de su abuela, la otra parte de la novela igualmente interesante pero con la que al lector le resultará más difícil empatizar al estar ambientada en otra época.


En este libro me he encontrado fragmentos con los que no me he podido sentir más identificada. Al igual que yo, Lena se encuentra en esta edad en la que sientes que no estás donde quieres, pero tampoco tienes claro cuál es ese lugar ni cómo llegar a él, y eso la agobia. A veces no puede levantarse de la cama por las mañanas porque le duele demasiado la vida y se ha quedado sin lágrimas de tanto llorar. Tiembla cuando escribe porque siente cada letra que sale de su cabeza, y es que cuando alguien que escribe no tiene palabras es que ya no le queda nada dentro de sí más allá de la realidad, y eso es aterrador para cualquiera. Dejando a un lado la apariencia de cara al exterior, es vulnerable, imperfecta y volátil, y eso la hace preciosa por cómo es, vive y siente. No queda mucho más que añadir, pero creo que a todos nos hace falta en alguna medida reconciliarnos con nuestro día a día y para eso debemos proponernos ir deshaciéndonos poco a poco de esos obstáculos que no nos dejan avanzar hasta que consigamos volver a sonreírle a la vida que está por llegar.


Cuando hablo de que un libro no puede dejar indiferente al lector me refiero precisamente a esto, incluso he derramado alguna lagrimilla durante la lectura. La autora nos demostrará que todo se supera: el dolor, una guerra civil, la pérdida de seres queridos… Y no debemos sentirnos culpables por dejarlo ir, sino orgullosos de nosotros mismos por ser capaces de volver a volar.

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