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Foto del escritorMarta Marín

Grey de E.L. James


Christian necesita tenerlo todo bajo control. Su mundo es puro orden y disciplina aunque, en el fondo, está vacío... hasta el día en que Anastasia Steele aterriza de bruces en su despacho, hecha una maraña de largo pelo castaño y esbeltas piernas.

Él intenta olvidarla pero, muy al contrario, se ve inmerso en una tormenta de emociones que no consigue controlar y a la que no puede resistirse. A diferencia de todas las mujeres que ha conocido, la tímida e inexperta Ana parece capaz de ver más allá del exitoso empresario y la lujosa vida que le rodea, y descubrir el corazón frío y lastimado de Christian.

¿Logrará su relación con Ana disipar las pesadillas que le acechan todas las noches? ¿O serán sus oscuros impulsos sexuales, su obsesión por el control y el desprecio hacia sí mismo los que alejarán a la joven y destruirán la frágil esperanza que ella le ofrece?



 

No creo que haga mucha falta, pero en cualquier caso explicaré que este libro no es más que la misma historia de Cincuenta sombras de Grey pero contada por Christian.


A todas, incluso a las que puedan decir que no, nos llamó la atención en su momento la idea de una novela erótica sobre un multimillonario sádico y su sumisa, porque fue algo nuevo, nunca antes visto, por el atrevimiento de la autora a escribir sobre lo que hasta entonces, de una manera o de otra, había sido un tabú. Es cierto, aunque los reparos de la sociedad en cuanto a estos temas desaparecen progresivamente de forma natural, nadie puede negar que ha habido un antes y un después de Cincuenta sombras de Grey. En este sentido, y admitiendo que he disfrutado al máximo de los tres libros de la trilogía, me quito el sombrero ante E.L. James.


Sin embargo, existe un aspecto muy grave que me veo en la obligación de criticar sobre este libro: un escritor no debería relajarse por el hecho de tener asegurada la venta de varios millones de libros; es decir, sí, el público pidió a la autora que escribiera la versión de la historia de su personaje masculino, pero ella debería haberse preocupado de crear algo bueno, quizá inventarse un conflicto nuevo que le ocurra a Christian, quizá, ya puesta, lanzarse a escribir la trilogía completa en un solo libro desde el punto de vista de Grey, cualquier cosa para que no fuera tan… igual a Cincuenta sombras de Grey. Este libro me ha resultado demasiado tedioso en el sentido en que la autora se limita a reescribir las escenas que comparten Ana y Christian para unirlas entre sí con apenas escuetos párrafos que resumen la aburridísima vida de Grey desde que se despiden hasta que vuelven a verse. Me estoy refiriendo a lo mucho que piensa en Ana, los millones de veces que consulta sus correos electrónicos de trabajo y lo detalladamente que nos describe la autora las cuestiones laborales de Grey que al lector ni le interesan ni quiere entender porque no son el tema del libro. E.L. James nos regala con cuentagotas unas páginas más de las que podíamos encontrar en Cincuenta sombras de Grey tras la ruptura de esta pareja, lo malo es que, y no creo estar haciendo ningún spoiler al contarlo, se limitan a Christian lamentándose por haber perdido a Ana y pensando la forma de recuperarla.


A pesar de las deficiencias, me gusta la historia, y ha estado bien leer la versión de Christian para ver la forma en que un chico se empeña en autoconvencerse a sí mismo de que no quiere una relación de ir de la mano a comer pipas al parque, aunque realmente sí que le guste esa chica lo suficiente como para eso, aunque sepa que la está haciendo sufrir, aunque a él mismo también le duela saber que está perdiéndola.


Por tanto, si eres fan de esta saga y quieres poder entender mejor la mentalidad de este hombre tan cerrado y misterioso, lánzate a leer este regalito de la autora para las admiradoras y disfrútalo. Además, ya puedes descubrir también Más oscuro, la versión de Christian del libro Cincuenta sombras más oscuras por si te sabe a poco.

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