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Foto del escritorMarta Marín

Olvidé decirte quiero de Mónica Carrillo

Actualizado: 10 ene 2019



Tras sufrir un terrible accidente de coche, en la difusa línea que separa la vida de la muerte, a Malena se le aparecen todas las palabras que se quedaron sin decir: palabras de amor, de perdón, de amistad, de reconocimiento…

Por su mente desfilaron todos sus amores, los felices y los fallidos: aquel que la hizo sufrir, aquellos otros que le sirvieron para olvidar y su amor actual, a quien tanto debe y de lo cual hasta ahora no se había dado cuenta; su mejor amiga, a la que olvidó decir «te quiero» antes de que se fuera; su familia y, sobrevolándolo todo, el personaje de su perrita Mia, una figura entrañable, divertida y sorprendente que conseguirá encauzar el destino de Malena para que nunca más olvide decir «Te quiero».


«Yo me quedé tanto tiempo empapada, sin paraguas, sin consuelo que cuando dejó de diluviar me quedé inmóvil. Y continué en aquel mismo lugar imaginando que seguía cayendo, que me seguía calando hasta los huesos, cuando ya lo único que quedaba era un pequeño charco en el que continuar chapoteando. Pero era tu charco, Mario, y el mío. El nuestro, pensaba yo.»



 

Creo que tengo que empezar esta reseña con una confesión: no me leí La luz de Candela. Me daba un poco de rabia ver que el mercado de los libros está saturado y que a las personas que escribimos nos es muy difícil, por no decir imposible, darnos a conocer, pero a la presentadora del telediario, por ser la presentadora del telediario, la llame Planeta para publicar su libro. Sin embargo, me hablaron muy bien del libro, y esto, sumado a que el segundo sí que me llamó más la atención, quizá por el juego de palabras del título, un buen día me encontré cogiéndolo prestado en una biblioteca, y lo cierto es que no me he arrepentido, ni mucho menos.


Mónica Carrillo nos cuenta en Olvidé decirte quiero cómo Malena, que se encuentra al borde de la muerte a causa de un accidente de coche, piensa en los chicos con los que ha salido, en su perra, en su familia, en sus amigas… pasa por delante de sus ojos todo lo que ha vivido y todo lo que se arrepiente de no haberles dicho.


El libro tiene muy pocos diálogos, y normalmente se echarían mucho de menos, pero en este caso no es así, ya que se trata de un formato de libro muy especial en que se representa la mente de una persona; en nuestros pensamientos no suele haber diálogos, ni en nuestros recuerdos. De hecho, la autora lo expresa tan bien que no puedes evitar preguntarte si lo que relata le habrá ocurrido a ella, incluidas las bastante explícitas escenas de sexo. También he de decir que hay frases que me tenido que leer dos veces, quizá porque había palabras que no he entendido (ya se sabe que los jóvenes del siglo XXI tenemos un vocabulario bastante pobre) o quizá por todo lo que llega a transmitir la autora en una sola oración. Además, algo que hace el estilo propio de Mónica Carrillo todavía más extraordinario son los juegos de palabras y los microcuentos, tan utilizados, algún que otro poema y ciertos capítulos en los que la autora intercala frases de canciones. Algo que también llama mucho la atención y está muy bien hecho son los capítulos que cuenta Mía, la perrita de la protagonista, en primera persona. Coincido al cien por cien con la autora en que lo más seguro es que un perro piense, a su manera, exactamente así, incluyendo el hecho de que por ver las cosas con esa sencillez ya son más lisos que nosotros y que se den cuenta de lo tontos que somos los humanos al complicarnos tanto la vida.


No suelo llorar con ningún libro ni película, pero admito que esta vez se me han saltado las lágrimas en más de una ocasión, y no siempre porque me sintiera del todo identificada con lo que leía, pero sí… no creo que sea la única que ha dado con ese chico que tanto te gusta y tan idealizado tienes. Pero él no quiere nada serio; no es por ti, es porque no quiere una verdadera novia. Pero tú te empeñas en no verlo, en mirar para otro lado. Sí, es una relación basada en el sexo, pero tú sientes algo más, tanto que te cuesta asumir que él no. Las mismas actitudes y palabras que he leído en el libro. Y esa relación que no iba a ningún lado acaba terminando, o quizá nunca empezó, pero es suficiente para dejarte destrozada demasiado tiempo. Y algo que está muy bien hecho en el libro es cuánto sigue pensando en él, tanto que incluso llega a resultar pesado para una tercera persona. Pero entonces quizá encuentres a ese chico que se preocupe realmente por ti, que se involucre y que te quiera la forma bonita y tú a él.


En conclusión, este libro no es que me haya dejado buen sabor de boca, mejor aún, me ha llegado dentro, y creo que ése es el reto más importante de un escritor. En este caso, el final termina por ser lo de menos, pero aun así… ¿Morirá Malena o sobrevivirá para poder poner en práctica todo lo que le ha enseñado esta experiencia tan cercana a la muerte y poder decir todos esos “tequieros” olvidados?

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