En Nueva York el verano es mágico. Y más si tienes diecisiete años y te mueven unas ganas locas de comerte el mundo. Carrie Bradshaw tiene dos meses para exprimir al máximo la ciudad y cumplir todos sus sueños: convertirse en escritora de éxito y encontrar el amor verdadero.Por suerte, sesenta días (con sus noches) dan para mucho en la Gran Manzana En las primeras veinticuatro horas ya le han robado el bolso, ha ido a una fiesta llena de personajes extravagantes, ha conocido a un escritor famoso (y atractivo) y ha despertado en el sofá de una chica que adora los zapatos. ¿Y si todos los días van a ser así? ¿Y si con tanta vida social no consigue centrarse en su curso de escritura? ¿Y si no es lo bastante buena y debe regresar a su antigua vida?DESCUBRE CÓMO CARRIE BRADSHAW,LA INOLVIDABLE PROTAGONISTA DE SEXO EN NUEVA YORK,DIO SUS PRIMEROS PASOS EN LA GRAN MANZANA
Todos sabemos cuál es el clásico Sexo en Nueva York y lo que esconde: cuatro mujeres liberales e independientes en la ciudad de Nueva York que se debaten entre las relaciones sexuales ocasionales y la búsqueda del hombre adecuado para formar una familia. Pero, ¿cómo empezó todo esto? ¿Cómo se conocieron estas cuatro chicas? Y sobre todo, ¿cómo fue la adolescencia de nuestra protagonista, Carrie Bradshaw? En Los diarios de Carrie, la autora, Candance Bushnell, comienza a relatarnos la historia de esa etapa de la vida de Carrie, y en Un verano en Nueva York terminará de relacionar a aquella “niña” con la Carrie que todos conocemos. Además, es importante añadir que todo esto surgió de una columna que empezó a escribir la autora en el periódico The New York Observer basada en las aventuras acerca de las cuales ella y sus amigas normalmente hablaban llamada Sex and the city.
Nuestra protagonista, como amante de la literatura, viaja a Nueva York para realizar un curso de escritura el verano previo a empezar el primer curso de su carrera en la universidad de Brown. A sus solo 17 años, Carrie parece ser demasiado ingenua e inocente para esta ciudad, pero allí al fin conseguirá meterse de lleno en el mundo de la escritura y conocerá a personas como Miranda, la feminista (o quizá finalmente no tan feminista) Samantha y quizá incluso también a Charlotte, además de al que puede ser, o no, el amor de su vida. De esta manera, después de pasar ciertas calamidades y aprender de las caídas, Carrie creerá que tiene la ciudad de Nueva York a sus pies y llegará a subírsele el éxito a la cabeza, pero pronto se dará cuenta de lo equivocada que está.
El libro es de los que a mí me gustan: aunque no tiene un trasfondo de lo más elocuente, es fácil y rápido de leer, ameno, entretenido y con muchos diálogos. Además, está inspirado en una ciudad con mucha magia y tiene ese “morbo” necesario para mantener enganchado al lector.
Me identifico con la protagonista en varios aspectos. Entre otras cosas, por su pasión por la escritura, sus ganas de triunfar y de que la gente la lea y le digan lo mucho que les ha gustado. También por lo mucho que le gusta Nueva York, porque las dos somos de esas personas capaces de ver ese “algo” fascinante que tiene esa ciudad y que enamora consiguiendo que no te quieras ir. Pero sobre todo, por lo perseverante que es por conseguir lo que quiere, el enorme amor propio y lo mucho que se empeña y esfuerza en conseguir que las cosas salgan como quiere en lugar de dejarlo al azar.
Me ha gustado mucho el libro, es muy agradable leer a esta autora, leer sobre una ciudad que me encanta, sobre temas de la vida cotidiana y que realmente a todos nos preocuparon a esa edad. Por último, debo confesar que me han entrado unas ganas enormes de volver a visitar Nueva York y, cómo no, de ver la película Sexo en Nueva York
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